Es Inevitable: Las Personas Pasan
Iba a ir a dormir, justo cuando llega la hora del descanso me pongo nostálgica y me dan ganas de escribir... hoy tarde y sola, no se por qué, me siento abandonada.
Escuchando esa canción, tan triste y hermosa, imágenes de esos seres fantasmas empiezan a rondar. Seres que pasaron, sin que yo lo quisiera, simplemente desaparecieron y hoy sólo son imágenes detenidas y teñidas de ese tinte que se usa para las fotos antiguas (en sepia?).
Es inevitable, el abandono... Las personas pasan (y quedan en el pasado) llevándose la emoción, la alegría, la complicidad, los silencios. Los momentos quedan, pero no es suficiente porque ellos llenan los pensamientos, nada llena el corazón. Sí, porque con ellos también se llevan parte de nosotros, lo que compartimos, lo que dimos y lo que hicieron nacer en nuestro interior.
Uno, como siempre, tratando de mantener hasta que la esperanza expire su último aliento, después de uno tras otro golpe contra la realidad, inevitablemente llega el momento en que la ilusión, tirada e inconsciente ya no puede dedicarnos su magia. Esa que fluía cuando lograba ser corpórea, cuando engañaba a la realidad. La ilusión, es decir, el ser que construimos a partir de lo concreto y de nuestras propias necesidades insatisfechas, quizás sea lo que nos hace falta.
Cuando ya no hay más que decir, y las horas se hacen largas. Cuando en un rincón de nuestra pieza queda esa necesidad de ir a abrazarlo (a), de contener y que te contengan, y por ese rincón ya no pasa el plumero. Cuando mi saludo ya no significa nada más que simple protocolo... y los momentos se vuelven recuerdos.
¿Cuántas más pasarán?, ¿en cuántas más confiaré mi cabeza y mi corazón y luego me los devolverán porque ya no los necesitan? Si es así, porqué debería volver a entregar, porqué si el final es conocido... Al final, en el final siempre estamos solos.
Ahora si a dormir...
3 Comentarios:
Amiga mía, creo que en el mundo en el que vivimos hoy, nadie hace mucho para perdurar una relación (de cualquier tipo), mientras sucede es fácil, no requiere mucho esfuerzo, pero cuando las cosas se complican y es más difícil mantenerse cerca (por actividades que hacemos), ahí es cuando se pone a prueba lo importante que es una persona y aún así, las cosas no siempre salen como uno quiere.
Y talvés el saludo significa un simple protocolo, pero si recuerdas los buenos momentos que pasaste con una persona, ese saludo va a tener una actitud diferente, va a ser sincero, puede que sea alegre, puede que sea nostálgico o triste, pero va a ser único y especial, al igual que una relación. Por mucho que queramos, no podemos forzar a tener a todas las personas a nuestro lado, o a nuestra disposición; se echan de menos, pero, pero hay muchas personas más que están esperando por conocerte, por tener momentos mágicos y especiales.
El que alguien no esté ahí justo en el momento en que lo necesitas, no quiere decir que estás sola, tu sólo vives la experiencia, que es personal, pero puedes compartir esos sentimientos con alguien más y te aseguro que siempre va a haber alguien dìspuesto (a) a escucharte, aconsejarte, verte llorar o reir, eso es algo que depende de tí, uno es el que debe compartir, dar, sin esperar recompensas....
Pero no encuentras que es triste saber que las personas te acompañan por un tiempo determinado, que después de que se asientan en un rinconcito adornado, limpio, seguro y acogedor de nuestra vida por un tiempo, de un día para otro decidan empacar y dejar ese lugar vacío. Probablemente para que otro llegue y comparta contigo y la historia se repetirá unas tantas veces.
Es frio y duro pensarlo así, pero es la realidad y la realidad siempre dista de cómo vemos las cosas, porque ese "cómo vemos" es ciertamente nuestra ilusión de las cosas.
Los recuerdos son siempre bienvenidos, te alegran o te traen nostalgia y tristeza, pero de una manera u otra te hacen revivir un poco, despertar y valorar lo que se vive y las personas que quieres y compartes. Pero no están ahi, los recuerdos no te pueden escuchar, ni poner su hombro, no te cuentan anécdotas, ni pueden tomarse un helado contigo.
Las personas pasan, no hay remedio, en un juego de dar y recibir, de conocer y entregar, de entregar y perder. Así pasa nuestra vida en una suerte de entrega y abandono. Triste, pero cierto.
Algo que siempre me llama la atención es esa frase de "dar sin esperar recompensa". Es cierto que uno sería mucho más feliz y viviría más tranquilo si actuara con ese lema en su vida, pero ¿es real?. ¿Existe algo en la naturaleza que se origine de la nada?. Todos hemos escuchado que en la naturaleza "nada se crea o se destruye, sólo se transforma", luego todo está en constante cambio. El cambio de estado, no es más que un flujo de energía, energía que se va (se dirige a otras partes) o que se gana. Y para resumir, creo que no hay relaciones que en su esencia, en su naturaleza no sean un flujo de energía constante y mutuo, y si esto no se da, se acaba el flujo (el cual se dirige a otra parte) y se acaba la esencia de la relación, por lo tanto se muere (se transforma en otra cosa). Por lo tanto, una relación en que no haya dar y recibir (o esperar recompensa) es una relación que inevitablemente morirá.
escaflone...
Los sentimientos de uno alcanzan al otro
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