La Crisis De Los 5 Años

Han oido hablar de la "química del amor"?. Una amiga alguna vez me habló sobre eso, ella hizo una pequeña investigación acerca del tema. Que triste pensar que eso tan mágico que derepente pasa con una persona no sea más que sustancias reaccionando y que nos provocan ciertas sensaciones y estimulan ciertas ideas en el cerebro.

De partida no estoy de acuerdo con esas ideas, pero me atemoriza el hecho de que al cabo de cierto tiempo, el amor se acaba "químicamente" y pasa a ser otra cosa. Esa otra cosa, obviamente no es nada de emocionante y se puede convertir en un infierno en algunos casos.

Por algunas experiencias, me parece que a los 5 años (estamos hablando de pololeo, o noviazgo para otros) se produce una crisis. Si aún no se ha formalizado (matrimonio), este es el punto en que todo empieza a repensarse.

Te preguntas ¿todavía siento amor, estoy enamorada?, ¿realmente voy a ser feliz para siempre?. Quizás por el tiempo pasado, en el que aprendiste a conocer muchas de las mañas, de las verdades absolutas, de las malas costumbres, parte de su manera de pensar y tantas cosas, aunque nunca conoces de verdad, es que ciertas cosillas empezaron a molestarte, a cansarte. Además está la rutina, después de 5 años es inevitable "lograr" cierta rutina.

Pero después de tanto tiempo compartiendo con la misma persona, hay veces en que se convierte en tu vida, sin él no queda nada... Ya planificaste muchas cosas con él, más allá de los hijos y sus nombres, también lo que cada uno va a comprar para tener un hogar y se está desarrollando un proyecto de vida para que aquello se logre. Piensas ¿cómo voy a echar a la basura todo este tiempo de mi vida?. Al final la decisión se vuelve pesada, significa casi cambiar tu forma de vivir, tus metas, el presente.

Pienso que en este momento, o en el momento que se deje caer la incertidumbre, la clave es reflexionar si en verdad lo que se va a trabajar en mejorar la relación, vale la pena. Si el fin nos hace realmente felices, si el esfuerzo... porque las cosas no se dan espontáneamente, hay que invertir energía... es lo que queremos de nuestra vida.

Y si dura para siempre, no lo sé. Durará hasta cuando valga la pena, y en ese momento hay que ser valiente y enfrentar la decisión.