Me despierto en sueños, y sueño y sueño…

Siempre he tenido sueños recurrentes, han ido variando desde mi infancia, adolescencia, hasta ahora.
De niña siempre soñaba que tenía que ir saltando por los techos de los edificios, y en cada salto se me apretaba el estómago. Otro era que saltaba de uno y al caer también sentía esa cosa en el estómago, pero caía de pie. Soñaba que estaba en un río, en un lugar adaptado como piscina, pero que yo, apenas dejaba de afirmarme en la orilla era llevada por la corriente y todos quedaban mirando sin hacer nada. Ya no me acuerdo de muchos de ellos, sí recuerdo que se me repetían.
Más tarde mis sueños tenían que ver con escapar, el mar y el hecho de que me mataran. Soñaba que en cualquier situación yo tenía que salir corriendo y cada vez me costaba más avanzar porque había una fuerza contraria que me hacía ir despacio y mucho esfuerzo. También me pasaba cuando quería volar… me daba vuelo corriendo y comenzaba a aletear con los brazos hasta que lograba altura, era muy cansador, y cuando ya no podía más hacía un planeo y lograba quedar en algún árbol o techo.
Los sueños con el mar eran angustiantes. Se trataba de tsunamis que se llevaban a alguna de las personas que estaban conmigo. Cuando chica también soñaba con el mar, pero era mi miedo a que la marea subiera y yo no pudiera salir o me ahogara por el aumento de nivel del agua. Uno de los más terribles que soñé fue cuando estábamos en la playa mis padres y yo. Yo fui a comprar algo y justo viene una ola gigante… al volver encuentro a mi papá saliendo, y por ninguna parte a mi mamá (ella no sabe nadar), entonces en una visión de todo el mar como en una caja, al retirarse la ola, puedo ver a toda la gente que fue arrastrada y entre ellos estaba ella. Cuando me acerqué a hacerle respiración ya estaba muerta y entonces desperté llorando.
Hace tiempo soñé que estaba en un pueblo del lejano oeste, con vaqueros. Yo me había enamorado de un joven pobre y dejé al que era mi pretendiente por él. Mi papá no aceptaba esto y el pretendiente siempre me estaba hostigando para volver con él. Por eso decidimos con mi amor, escapar de allí. Como todo se sabe, mi padre y el otro se enteraron y nos persiguieron. Al encontrarnos, recuerdo que el otro le apuntó a mi amor, le disparó y de pronto veo a mi papá corriendo hacia él poniéndose en frente. El disparo le llegó a él y yo gritando y llorando lo abracé, descubrí que lo quería, pero el murió. Mi amor en el sueño era mi pololo. Desperté llorando también.

En este último tiempo he estado soñando con historias donde yo tiendo a ser la heroína, por lo menos, la que tiene una misión que cumplir para salvar a otras personas, o a amigos o parientes. Pero nunca termina el sueño, nunca salvo a nadie.
Hoy fue distinto, tuve un sueño muy largo y de dos partes. De la parte del sueño que me acuerdo, junto con otras personas en una micro entrábamos como a otra dimensión, creada por alguna fuerza extraña. Fue cuando un camión venía frente a nosotros y en vez de chocar funcionó como una puerta a otra dimensión.
Era tétrico, todo oscuro, sonidos aterradores y de pronto una casona con miles de habitaciones. Yo pensaba solamente en buscar la salida, me convencía de no curiosear en las habitaciones porque sentía que era peligroso. Los otros entraban y nunca salían, yo miraba por las puertas y cada habitación era como una trampa. Había una donde se podían ver otros universos, habían cadáveres. Gente que nunca había podido salir, pero los demás parecían no darse cuenta. Comprendí que aquellos entraban como en un trance, eran hipnotizados o algo parecido. Me desesperé, no encontraba la salida, una puerta. Y les gritaba que no entraran, que me siguieran, que buscáramos la salida, pero nada. En una de las habitaciones habían imágenes 3D de Satanás, además estaba hablando. Entonces supe de qué fuerzas se trataba.
Comencé a correr y me encontré entre murallas de ladrillo que se movían hacia mí. Junto a mí estaba una amiga del colegio, Marlenne. Con ella tratábamos de sostener las murallas para no ser aplastadas, pero luego apareció otra sobre nosotros y cuando ya pensábamos que no ibamos a poder resistir más, veo que en la muralla hay como una ventana, y al otro lado se veía nuestro mundo. Era una puerta, incluso en esa situación en que parecía no quedar nada más que hacer, había una salida.
Sonó el celular, apagué la alarma y pronto volví al sueño.
Nuevamente estaba con mi hermano y July, ahora también nos acompañaba mi mamá y otra niña. Estábamos como en un Centro de Diversiones: museos, parques, fuentes de agua y otras edificaciones. Yo veía que varios edificios estaban cubiertos por una especie de nieve gruesa y redondeada, algunos parcialmente y otros recién comenzando. Tenía la referencia, puede que de otro sueño, que significaba la dominación de Satanás. Decidí que entráramos a uno en el que estaba recién empezando, era un museo. Al ingresar, nos empezó a perseguir una de las encargadas en la entrada, perdí de vista a mis amigos y mi mamá había entrado en trance y tampoco siguió a mi lado. La encargada me perseguía, mientras yo corría por los pasillos fijándome en los hombres y mujeres de delantal blanco y que eran los enviados del mal.
Mi visión se convirtió en una cueva, pasadizos y mil puertas. Yo por arte divino sabía por dónde ir, inconscientemente elegía caminos, hasta que llegué a una puerta de piedra donde desaparecí. La encargada confundida se preguntaba qué había pasado y una voz le dijo: “Yo soy tu dios”, era el Diablo.
Me había hecho invisible y en esa situación sentía que tenía que hacer algo para salvar a mis amigos y a toda esa gente que estaba siendo sometida. Caminaba de un lado a otro por el techo del lugar y sentía que yo sola, nada podía hacer. Sin tener conciencia comencé a gritar: “Tú tienes que ayudarme, yo no puedo sola”, “Sólo Tú me puedes ayudar”… “Tienen que escucharme” y en ese instante un gran árbol cercano sacudió sus hojas y se sintió que dijo lo que yo gritaba. El árbol estaba siendo escuchado por todos, la gente se acercaba, mientras decía lo que yo gritaba. “Dejen de hacerse daño”, “Amor”…. Ya no recuerdo qué palabras dije, pero ellas lograron sacar del trance a las personas, a la mayoría de ellas y cuando terminé volví a ser visible.

Desperté nuevamente a las 13.40 hrs, con la sensación de haber logrado algo, de lo increíble que todo había sido y con dolor de cuello y de mis muñecas. Extraño porque no creo en dios ni en el diablo, el blanco era el color del mal, había una puerta cuando menos lo esperé. No sólo escapé como siempre lo hacía, me enfrenté y lo logré, aunque con ayuda.

En sueños me levanté, hacía los recuerdos para volverlo a contar. Volví al lugar, esta vez me acompañaba un amigo y otra niña, iba a buscar a mi mamá, mi hermano y a July. Aunque había un ambiente tranquilo, la semilla seguía ahí, buscando en los niños germinar.

Me levanté a las 14.30 hrs y recordé que tenía que salir en 10 minutos más.