Silencios Desnudos

Él comienza a oler en su cuello la flor que aún no despierta, bebiendo su aroma en cada agitada respiración. Escucha el susurro del deseo al hacer suya cada curva tibia en inquietante movimiento. Creando puentes que lo lleven a aquella flor primera, virgen y fresca.


A Ella le gusta sentir su respiración cerca, sentir cómo se alertan sus sentidos cuando aquella boca toca sus labios de rosa y en su piel cientos de caracoles la mojan y acarician al pasar. Ella canta, melodías desconocidas hasta hoy, y en cada nota el movimiento de su cuerpo toma el ritmo del cuerpo junto a ella. Siente el deseo de entregarse a aquel amor intenso y reprimido, hacer suyo todo su cuerpo, su pensamiento y su alma. Clava en aquellos ojos la mirada…
- Ámame ahora, ámame completamente – le dice sin voz.

Mientras tu mano me acaricia puedo sentir el delicioso cosquilleo, intensificándose lentamente. Mi respiración se acelera y comienzo a sentir que pierdo el control.
¡Sujétame a tu piel, ahoga la súplica desesperada de mi ser!
Tu rostro en espera me desconcentra y el cosquilleo se desvanece. Buscas humedad sin encontrar nada. Te beso acaloradamente, susurro en tu oido, mi piel busca tu roce… espero estar lista.

Él reanima su movimiento y busca entre aquellas piernas la flor madura del deseo. Aquellos muros quiere derribar en suaves movimientos, conjugando su vaivén con delicados besos y algunas palabras de amor.

El ir y venir del amado no le produce más que dolor. Gemidos ahogados se confunden en el sudor de sus cuerpos. Sin embargo, en su rostro se dibuja una sonrisa, reflejo de la alegría en su alma, donde su jardín por fin ha florecido aunque extrañamente no puede percibir su aroma.
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Y es así como en el primer o en los encuentros seguidos de los amantes, la situación se repite constantemente ante mudas presencias.
Las sensaciones de frustración, angustia y miedo comienzan a dominar el encuentro sexual y van manchando la relación, deteriorándola.
Es un círculo vicioso que crece y crece, como una bola de nieve hasta que logra aplastar el amor y sólo deja corazones heridos y culposos.
Hoy no puedo aconsejar, aunque las formas de trabajar los problemas sexuales no son desconocidas. Sólo puedo decir que las dificultades que se presentan al hacer el amor no son problemas del momento, por el contrario, se hacen cada vez más importantes y se presentan en otros contextos de la vida de pareja.
Las mujeres frecuentamos quitarle la importancia que tiene el disfrutar, lograr el placer del orgasmo al hacer el amor. A veces no nos damos cuenta que sólo así podemos complementarnos con nuestra pareja en lo más íntimo del ser. Aunque finjamos, ellos se dan cuenta que algo pasa y en ellos se ancla el sentimiento de frustración, de inseguridad al igual que en nosotras.
… A veces sí nos damos cuenta, pero es tan difícil hablar de estas cosas y sabemos tan poco acerca de la sexualidad. Y también de la responsabilidad de cada uno en lograr el placer del otro.