Where is my mind?

base de Mariux

Todo es un poco más lento ahora, tus movimientos parecen torpes, pero todo está bien, muy bien. Porque ya no estás en tus pies, sino en los pies de aquel. Aquel que te roba el aliento en un beso y te abraza tan fuerte que podrías soltar tus brazos y tu cabeza hacia atrás y sentir esa liviandad, que no puedes caer.
A lo lejos voces ininteligibles resuenan como en un coro, pero no es hora de atender, de ver, ni de sentir fuera de ese círculo en el que dan vueltas una y otra vez buscando huellas, buscándose y encontrándose el uno al otro.
En la oscuridad todo parece ideal. Cuerpos perfectos perdidos en el deseo, la necesidad de la unión. Nada parece perturbar sus movimientos, como en un baile donde tú sabes perfectamente el paso que sigue, el que has esperado dar por tanto tiempo. Y él sabe seguirte, adivina cada suspiro, y te calma, y te complementa.
Nunca sentiste tal entrega, ni la locura subiendo por tus piernas haciendo de cada sensación una explosión. Tan deseada y tan satisfecha.

Abre los ojos, cierra sus alas. En el piso los rastros de aquella escena de tintes rojos y destellos negros, comprueban que nada fue imaginado.
Sorpresa para el ángel incrédulo, descubre sus propias manos ensangrentadas y cae desplomado de rodillas. Sus ojos nublados encuentran la silueta de aquel por el que ahora llora.
En un destello pudo ver aquello. Sea alucinación o realidad. Aquello que se diluía en la claridad justo antes de ser dibujado.
Se vio con las manos atadas, tratando de salvar a quién lo amó como nunca nadie más lo amará, a quién que con sus propias manos asesinó cuando creyó perderlo.