Lo más lindo que te han dicho

La mala memoria podría ser uno de los males de fines de siglo. La vida vertiginosa, la mecanización de la vida cotidiana, la inercia de nuestros pasos; los momentos pasan y casi desapercibidos por cada biografía. La preocupación por lo urgente y no por lo importante. Los recuerdos terminan siendo vagos y confusos.

Hay excepciones, aunque cada vez menos.

Ambiente cálido, íntimo… sólo para dos.
Los problemas superan las expectativas, pero las lágrimas de tristeza y de una incipiente angustia se toman la escena. Luces del fin/final comienzan la función esta vez, en el escenario. Serpentean buscando a los protagonistas por la habitación; en el pasillo sus ropas, las sábanas en desorden. Cuando los encuentran, sorprende en sus caras su rebeldía.
No quieren actuar.
(En la cama de un motel, recostados uno en frente al otro)

- No hagas esto… no quiero, no queremos. Las cosas se pueden arreglar – dice ella en un sollozo, mientras con su mano afirma la cabeza en la almohada, las lágrimas se confunden con su pelo.

Él sólo la mira, sólo llora. Llora en sus ojos, en los labios de ella y más abajo.
- Amor… eres hermosa… - las lágrimas lo ahogan y no puede seguir hablando. Cuando la mano de ella en su cara logra tranquilizarlo un poco, le dice:
- Eres preciosa, tienes que saberlo. No dejes que nadie te haga daño…

La escena se corta en un abrazo desnudo, mojado y eterno.

Es lo que hace el amor.

Y a ti, ¿cuáles han sido las palabras o el momento que más profundo han llegado en tu corazón?... Espero que aún estén en tu memoria.