Nunca Debí Enamorarme de Ti (Final)
Ella despertó súbitamente, se había quedado dormida. Y aunque se levantó rápidamente casi sin pensar en lo que hacía, cuando se miró al espejo notó que algo había cambiado en su rostro. Era su mirada, ahora tenía un brillo especial. Entendía que por fin había bajado aquella defensa que había levantado hace años, pretendiendo que no le importaba, que había olvidado. Su corazón se abría paso ahora entre la confusión, la nostalgia y la secreta esperanza.
Esa semana las palabras de aquel personaje desconocido daban vueltas en la cabeza de Esperanza. Había aparecido en el momento preciso, sólo para ellos, en aquellas circunstancias, y ahora se daba cuenta… ¡le había hablado a ella! Debía tomar la iniciativa, pero no sabía cómo.
Uno de esos días, saliendo de la peluquería que le había recomendado una amiga escucha la voz de Marcos gritando su nombre.
- Esperanza… por acá – le hace señas para que se acerque a la mesa donde se encuentra. Ella se acerca al Café lentamente, pero a paso seguro. Se fija si él está acompañado y se alivia de que no sea así. Era el momento, sin saber cómo sucedió.
Ella titubeaba, no sabía cómo decirle y de pronto tampoco sabía qué decirle. Al verla confundida, Marcos dijo lo primero que se le ocurrió:
- Sabes que no he visto más al loco que nos habló ese día – Esperanza pareció iluminarse y comenzó a hablarle.
- Quería hablar contigo, justamente acerca de eso, pero como habíamos quedado de no vernos más, no supe qué hacer. Yo sé que no entendiste lo que nos dijo aquel hombre, pero yo sí… “Sus estrellas no iluminan si no encuentran la unión de la noche y el día. El sol y la luna, tan distintos, pero no detienen su andar uno en la búsqueda del otro. Sus almas solitarias vagarán errantes si no vuelven cada atardecer a adormecerse en sus brazos. La decisión correcta está dentro de ustedes… ¡abran los ojos y el corazón!” – Esperanza terminó estas palabras mirando fijamente la taza de café entre sus manos, hizo una pausa y levantó la mirada hacia la de Marcos, prosiguió:
- Quiero que sepas que no te he olvidado. Estos años sólo estuve dormida y ahora vuelvo a despertar, y vuelves a estar tú. Tú, tus sonrisas, tus caricias, tu mirada, volviste y derretiste mis barreras y el rencor. Esto es difícil para mi, todo este tiempo creí que estabas en el olvido, pero bastó sólo una sonrisa tuya para remover estas aguas estancadas y ahora veo tan claro todo. Y todo eso que dijo el hombre que nos habló… – vaciló, pero debía jugar todas sus cartas – Quizás deberíamos seguir las señales, intentar de nuevo, te miro y veo que tú también lo adivinas… –
Marcos le hace un ademán para que no siga. Esperanza calla. Él mira en sus ojos y más allá, siente calidez, quiere ser parte de sus ojos y de su boca, de su piel. Sin darse cuenta se encuentra detenido por la palma de ella. Estuvo a punto de besarla, pero ella se levantó de la silla y se despidió diciéndole que no podía seguir, que no era la forma y, de esa manera, era mejor que todo terminara ahí.
Marcos la ve alejarse, no pudo despegarse de la silla. Aun así se desploma en ella y al levantar nuevamente la cabeza observa que en la vereda del frente va pasando el hombre del otro día mirándolo. De súbito Marcos sale corriendo tras los pasos de Esperanza, cuando la alcanza, la toma de las manos y comienza a repetir las palabras que estuvo masticando en su mente todos esos días:
- Nuestro tiempo ya pasó… y aunque no puedo negar que deseo tu piel y tus dedos traviesos – aprieta las manos de Esperanza -… tus labios dulces y en tus ojos ver mi reflejo. Aunque escucho tu voz en sueños y me confundes con tu presencia entre las gentes… … no puedo. Quizás eres la mujer de mi vida y no lo supe cuando las estrellas unieron nuestros caminos, quizás tú tampoco. Y aunque no somos los mismos ahora, nuestra historia sería la misma. Sólo puedo tenerte en algún sueño furtivo, sólo así funcionaría –.
Esperanza acaricia la mejilla de Marcos, lentamente, intensamente, como adivinando. Sus ojos llorosos se encuentran, pero Marcos la detiene. Le toma la mano suavemente, la deja libre y toma aliento para terminar:
- No voy a arriesgarme a otro fracaso, no quiero volver a construir mi vida, me ha costado llegar donde estoy; a pesar tuyo, a pesar mío, seguirás siendo un recuerdo, uno muy especial para siempre en mi corazón. Espero que me entiendas –.
Han pasado meses desde aquella última despedida y aunque ella se mudó muy lejos por trabajo, no puede ahuyentar los recuerdos. No puede olvidar los ojos tristes de Marcos repitiéndose a si mismo que lo de ellos no funcionaría, aquel apretón en que quiso detener el tiempo sin dejar de acariciar la mano de ella.
I'm going to take my time
I have all the time in the world
To make mine
It is written in the stars above
The gods decree
You'll be right here by my side
Right next to me
You can run but cannot hide
I'll be fine
I'll be waiting patiently
Till see the signs
And come running to my open arms
When will realize
Do we have to wait till our worlds collide?
Open up your eyes
You can't turn back the tide…
El celular sobre la cama comienza a sonar, cada vez más fuerte. Esperanza se da cuenta y contesta sin ganas, no se escucha muy bien al otro lado…
- Hola… Esperanza, soy yo… Marcos… –